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Exposición fotográfica: “Ellas (también) migran”, por Fred Ramos y Víctor Peña (10SET/03OCT)
10 septiembre-12:00
GratuitoExposición fotográfica:
Ellas (también) migran
Razones y violencias del viaje eterno de Mesoamérica
por Fred Ramos y Víctor Peña
Sala de exposiciones de la Casa de Cultura Teodoro Cuesta,
del 10 de septiembre al 3 de octubre de 2024
Horario: de 12.00 a 14.00 y de 17:00 a 21:00, de lunes a viernes
Entrada libre
Durante seis meses, dos fotógrafos del periódico digital El faro, Fred Ramos y Víctor Peña, siguieron la vida de mujeres en ruta migratoria desde El Salvador, Guatemala, Honduras y México.
Mujeres desplazadas, sin papeles, de camino al norte
Mujeres escapando de violencias, buscando una vida mejor
En Médicos del Mundo consideramos la migración como el desplazamiento de personas (voluntario o forzoso) de un lugar a otro. Un viaje voluntario en el que en ocasiones se busca una mejora económica, social o cultural. O forzoso en busca de paz y dignidad, huyendo de los conflictos armados, de las múltiples violencias, de las violaciones de los derechos humanos y/o de las consecuencias medioambientales del cambio climático.
Pero entre las cifras constatamos ciertos olvidos: las mujeres y el encadenamiento de precariedades y vulnerabilidades que se producen en las distintas etapas del camino migratorio para estas mujeres.
– En Honduras y El Salvador, 4 de cada 1 O hogares cuenta con una mujer como cabeza de familia.
– La mitad de los 3 millones de migrantes procedentes de Centroamérica y que habitan en Estados Unidos, son mujeres.
– La actividad delictiva de las «maras» (integradas fundamentalmente por hombres) es una de las principales razones de que muchas mujeres decidan migrar.
A pesar de esto, el componente femenino suene ignorarse por completo en las historias de las migraciones. El camino que corre entre Honduras, El Salvador, Guatemala y México, está lleno de historias de mujeres que no solo cruzaron fronteras físicas, sino también éticas y personales. Si la violencia en el camino fuera el único precio a pagar por migrar a los Estados Unidos, probablemente el olvido sería más sencillo para todas estas mujeres. Pero todas las que vivieron este proceso (alguna más de una vez), saben que la violencia se mueve en círculos y que la mujer siempre está en medio de ella. Llegar al destino no supone necesariamente alcanzar la tranquilidad y el bienestar para ellas, puesto que se tienen que enfrentar a nuevas barreras como: las reglas migratorias y laborales, las pocas redes de apoyo existentes, la dificultad para encontrar una vivienda y un trabajo o la dependencia de la familia o pareja. Con en los testimonios que presentamos, pretendemos alzar la voz por todas aquellas mujeres migrantes que tan sólo suponen un leve susurro para el mundo. Gritamos por todas aquellas que, resignadas a ser violadas en el camino a los Estados Unidos, comienzan a tomar anticonceptivos antes de partir; por las que en ocasiones intercambian sexo por protección; por las menores migrantes; por las mujeres LGBTI que escapan por la discriminación sufrida en el seno familiar y se adentran en un camino con aguas aún más fraudulentas; por las que son violadas y extorsionadas hasta por los propios agentes del país; por las muertas; por las que tienen que sufrir la pérdida de sus propios hijos e hijas; y un largo etcétera.
Pero nunca debemos olvidar que estas mujeres son mucho más que personas migradas o refugiadas que vivieron experiencias traumáticas. Ellas también tienen alegría, momentos de risas y de amor. El sufrimiento de todas ellas nos ayuda a comprender a lo que se enfrentan millones de mujeres cada día, pero no es algo que las defina.
En las imágenes y textos que incluyen esta exposición, encontraremos a mujeres de diversa etnia, edad, origen social u orientación sexual, que se han visto obligadas a migrar y desplazarse de manera forzada. Casos de mujeres migrantes, procedentes de cuatro países: El Salvador, Honduras, Guatemala y México.