Portada Guía Hábitos de ConsumoUna tarea tan cotidiana como la compra, la hacemos eligiendo productos sin preguntarnos: ¿de dónde vienen?, ¿cómo se elaboran?, ¿qué consecuencias tiene sobre nuestra salud y sobre el entorno natural?… Esta guía de buenas prácticas, nos ayudará a cuestionarnos qué y cómo comprar.

En ocasiones nos dejamos llevar por publicidad y ofertas y se cuelan en las compras más productos de la cuenta. Se nos cuela el derroche.

Al comprar un producto, no solo se adquiere lo que te llevas. Participas en todo el proceso de utilización de recursos naturales, producción, distribución y generación de residuos que ese producto genera.

Nuestro modelo de consumo tiene efectos ecológicos y, también, sociales: sobre el empleo, las condiciones de trabajo… Tenemos que tener información para llenar la cesta de la compra solo con lo que necesitamos y eligiendo los productos más adecuados a nuestras necesidades.

El planeta, es la despensa donde nos abastecemos todos los seres de la tierra. Estamos consumiendo a un ritmo insostenible, por encima de la capacidad de regeneración. La despensa se está agotando.

Una parte importante de esa despensa la consumimos para alimentarnos con producto que, muchos de ellos, acaban siendo residuos sin haberse utilizado. En España el 2,5% de los productos no llegan nunca a comercializarse.

En el mundo hay unos 800 millones de personas que pasan hambre, 24.000 mueren cada día por esa causa, mientras que 1300 millones de toneladas de alimentos se pierden, cantidad suficiente para dar de comer a 2000 millones de personas.

España es el séptimo país de la UE que más comestibles desperdicia: 7,7 millones de toneladas al año, tres de ellas por parte del consumidor final.

Los daños medio ambientales y económicos de esa producción y consumo son enormes. Evitar la contaminación que esos residuos generan cuesta tanto como producirlos.

Además en el mundo hay 1300 millones de personas con sobrepeso. Se mueren por ello 3 millones de personas al año.

Para evitar el consumismo (adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios), hemos de realizar un consumo responsable, (tener en cuenta las repercusiones sociales, ambientales y económicas al comprar).

  • Sociales: que el consumo de unos no ponga en peligro el bienestar de otros.
  • Ambientales: sin comprometer las opciones de las generaciones futuras.
  • Económicos: utiliza entidades bancarias que destinen los recursos económicos con un provecho social, creando empleo, ayudando a la inserción laboral, apoyando procesos productivos limpios… (REAS: Red de Finanzas Alternativas y Solidarias).

El consumo ecológico se puede plantear: eligiendo productos que en su fabricación no generen degradación del entorno natural; eliminando los que en su fabricación generen un mayor consumo de recursos; sustituyendo producto contaminantes por otros naturales o biodegradables y evitando la generación de residuos.

Dadas las dificultades para que los consumidores tengan toda la información necesaria para conocer los productos, y si no se sabe su procedencia o forma de producción, la elección más sencilla es comprar aquellos con sello ecológico.

Evita el derroche:

  • Compra únicamente lo que necesitas. La lista de la compra es una buena opción.
  • No acumules productos que luego no utilizas o tienes que tirar porque se estropean.
  • Destina el dinero del derroche a comprar productos ecológicos, frescos, de cercanía… te alimentarás de forma más saludable y tu bolsillo no lo notará.

Al comprar, ten en cuenta los residuos:

  • A la hora de comprar evita los artículos que generen muchos residuos: compra a granel o al peso.
  • Las bandejas de corcho sintético (poliestireno PS-6) están hechas de plástico contaminante, difícil de reciclar.Foto Consumo mundial. Hábitos de Consumo
  • Evita los productos con excesivo envoltorio. Los envoltorios van a la basura.
  • Elige productos de envases retornables.
  • No cojas bolsas de plástico. Lleva el carrito, cesta o bolsas de tela.
  • No compres productos de usar y tirar: vasos, platos, servilletas, bandejas de horno, pilas…
  • Utiliza recipientes no desechables para guardar los alimentos, en lugar de papel de aluminio. Y fiambreras para llevarlos.
  • Elige envases grandes, de mayor capacidad. Es preferible el envase de vidrio y después la lata, los plásticos y, por último, el tetra brik, que es el más difícil de reciclar.Evita la generación de residuos. Antes de tirar envases, reutilizalos y, si no es posible, deposítalos en el contenedor correspondiente.

Alimentos:

  • Los ecológicos son sanos para ti y para la naturaleza.
  • Consume productos de cercanía, se evita la contaminación del transporte y se favorece la economía local.
  • Las etiquetas informan del origen de los productos y de los componentes. Evita productos que entre sus componentes haya substancias que en su producción tengan efectos perjudiciales para la naturaleza o que se agote el recurso natural.
  • Consume frutas y verduras de temporada.Foto Limpieza. Hábitos de Consumo.
  • Se desconocen las consecuencias de los productos transgénicos (Organismos Modificados Genéticamente–OMG) sobre la salud y el entorno natural. Evita su consumo. España es el único país de la UE que apuesta por estos cultivos.
  • Si el café o cacao procede de otros lugares elige, si es posible, los de comercio justo y, entre ellos, los elaborados en el país de origen.
  • Si los huevos tienen numeración impresa, elige aquellos con el primer dígito cero o uno. Indica la forma de cría: 0 (ecológico), 1 (camperas), 2 (en suelo) y 3 (en jaula).

Productos de limpieza:

  • Se desconoce el efecto que producen sobre la salud y el medio ambiente de más del 90% de sustancias químicas comercializadas hoy en Europa.
  • Compra sólo los imprescindibles. Los menos tóxicos. Escoge el detergente, mira la etiqueta. Que no contenga fosfatos, fosfonatos ni policarboxilatos.
  • Que sean concentrados y en polvo, especialmente en pastillas. Envasados en cartón.
  • Los líquidos, al venir disueltos en agua, tienen menos cantidad de sustancia limpiadora por unidad de volumen. Llevan entre un 5% y un 45% de relleno, que solo sirve para darles volumen.
  • Separar la ropa sucia de la muy sucia para dosificar el detergente en consecuencia.
  • Utilizar el blanqueador por separado, no es necesario para todos los lavados.
  • Si se utiliza demasiado detergente puede ocurrir que, al aclarar, el agua no se lo puede llevar todo y permanece con la suciedad que había atrapado.
  • Temperatura: es mejor cuanto más baja. A partir de 60ºC la acción limpiadora decae. Las manchas proteínicas no se van a más de 40ºC.Foto Eslogan. Hábitos de Consumo
  • Nunca se deben mezclar productos (lejía y amoníaco, lejía y desinfectantes WC…) se puede producir riesgo de intoxicación.
  • La lejía y el amoniaco contaminan el agua y alteran la actividad bacteriana acuática que contribuye a la descomposición de las aguas residuales.
  • Siempre que puedas, utiliza recetas naturales: son menos agresiva y menos tóxicas. Con agua, vinagre y jabón suave se puede limpiar toda la casa. El esparto sigue siendo el mejor estropajo.
  • Si la suciedad está incrustada o necesitamos rascar, podemos utilizar zumo de limón o bicarbonato.
  • No utilice blanqueadores que contengan perborato, libera boro que es tóxico para los organismos acuáticos. Elige los detergentes que tengan percarbonato, blanquea a cualquier temperatura y no libera sustancias tóxicas.
  • Evita los productos que lleven algunas de la etiquetas peligrosas.
  • El que en un envase indique que el producto es biodegradable no quiere decir que lo sea todo. Por ejemplo: en los detergentes solo se refiere a los tensioactivos que suponen el 20% del total de componentes, el 80 % restante no está regulado y en su mayoría no son biodegradables.
  • Los suavizantes contaminan y estropean la ropa. Evítalos.

General:

  • Lo más barato no tiene porque ser lo más justo. El abaratamiento de muchos productos se consigue pagando sueldos de miseria y dañando el medio ambiente.
  • Elige productos con recambios: agendas, bolígrafos, maquinillas de afeitar…
  • “Recicable” significa que el consumidor puede llevar ese producto a reciclar; mientras que “reciclado” quiere decir que el producto incorpora materiales reciclados.
  • Elige papel higiénico, servilletas y pañuelos ecólogicos. Son de papel reciclado y no se blanquean con cloro.