Exposición Carteles de cine cubano (13FEB/13MAR)

CINE CUBANO, MEMORIA, REFLEXIÓN, REVOLUCIÓN 

El cine camina golpeando con fuerza entre el arte y la vida. Es ese extraño y loco viaje que nunca haremos o el que ya hemos recorrido, el amigo que hemos perdido, el amor que hemos soñado. 

El cine cubano supone esa mirada crítica sobre sí mismo, sobre su realidad y su historia, convirtiéndose así en una relectura de sus tiempos, de sus verdades y mentiras, de su mestizaje, de la necesidad de seguir avanzando en su proyecto de sociedad. El resacaste del pasado como búsqueda sentida de sus raíces, del encuentro entre el individuo y su identidad nacional.  

Memoria, experimentación, reflexión, revolución. 

Y ahí están reflejados los estereotipos de la homosexualidad:  

…se me sienta en la mesa un tipo raro… un maricón, chico
Y, ¿cómo tú sabias que era maricón?
Uno se da cuenta enseguida. Mira, había helado de chocolate y pidió de fresa.
(Fresa y Chocolate, 1993) 

Los sentimientos al límite de los cubanos:  

…alegrías y sufrimientos primitivos y directos, sin trabajar, sin haber sido enredados por la cultura.
(Memorias del subdesarrollo, 1968) 

La madre patria como cuerpo femenino de acogida, de dolor, de llamada y deseo. El cubano silba a la vida, la desconoce, la sigue, la reconoce, la ridiculiza, la agarra para después soltarla. Porque al final ¡aquí va a haber jodienda!, que grita Lucía (1968) espontánea, fresca, monumental. 

Cine estético, armónico, estridente, cautivador.  

Dra. Alicia Vallina