VALLE DEL TURÓN, VALLE DEL CARBÓN


 Este artículo ha sido realizado por Pedro Fandos Rodríguez y Eva Martos de la Torre (www.elvalledeturon.net), puede visitar el artículo original haciendo click en la imagen o aquí
Valle del Turón, Valle del carbón

UN RECORRIDO POR LA GEOLOGÍA DE TURÓN

Una visita por nuestro valle, seccionando, al pisar, su sepultada geología. Ésa es la invitación a la que respondió un grupo de apasionados hace unos meses y que hoy, con esta primera entrega, comparte con nosotros el gran geólogo Pedro Fandos Rodríguez, socio fundador de GRUCOMI.

SITUACIÓN DEL VALLE

El río Turón se sitúa en el concejo de Mieres. Limita al norte con el valle del río San Juan y al sur con el valle del río Aller. Nace en el cordal de Navaliego y desemboca en el río Caudal a la altura de la población de Figaredo.

Topográficamente, la cuenca es una zona montañosa, abrupta, y presentan desniveles superiores a los 1.500 m en distancias de 50 km. Además cuenta con valles subsidiarios de laderas muy pendientes, que superan en algunos casos los 45º.

LOS GRUPOS MINEROS DEL VALLE

El comienzo de la actividad minera en la Cuenca Carbonífera Central de Asturias tuvo lugar a través de las minas de montaña. Fueron numerosas las capas de carbón aprovechadas tanto por las grandes empresas de la época como por pequeñas explotaciones privadas (denominadas coloquialmente “chamizos”). Por este motivo es muy difícil recopilar información referente a todas estas minas.

Los principales grupos de minería de montaña en el valle del río Turón son: Escribana, Santo Tomás, Clavelina, Piedrafita, Polio, San Víctor, Espinos, La Faya, Podrizos,  Fortuna, Riquela, San José, San Francisco, San Benigno, Tablao, San Pedro, La Rebaldana, Los Corrales,  Urbiés y El Caburno.

A cotas inferiores al río Turón se explotaron Figaredo, San José, Santa Bárbara, Espinos y Fortuna. A cotas del grupo San José existió otro pozo vertical, llamado Tablado por haberse perforado en el anticlinal de igual nombre para servir como balanza en una zona que por tumbada presentaba grandes dificultades de relleno.

MINAS DE FIGAREDO: LA PRIMERA Y ÚLTIMA EXPLOTACIÓN DEL VALLE DEL TURÓN (POZOS SAN INOCENCIO Y SAN VICENTE)

La empresa Minas de Figaredo fue fundada por Vicente Fernández Blanco (o Fdez. Martínez) en 1867. Estas minas reunieron, en sí mismas, dos circunstancias de gran solera al haber dado lugar a la primera empresa instalada en el valle y al último carbón extraído del mismo.

La explotación minera de Figaredo se encuentra ubicada en la parte más baja del valle del río Turón, en las inmediaciones del pueblo de Cortina a 1,2 km de la localidad de Figaredo y a 4.5 km de la capital del concejo. La cota base de la plaza del pozo se sitúa a 254 metros sobre el nivel del mar y la máxima altura corresponde a los 787 m del Picu Novalín que al sur del pozo ejerce como divisoria de aguas con el valle del Aller y marca aproximadamente uno de los límites de las antiguas concesiones de los Figaredo.

Si geográficamente se encuentra ubicada en la parte más baja del valle del río Turón, geológicamente su yacimiento se instala en el propio núcleo del sinclinal de igual nombre, una de las estructuras tectónicas principales de la gran Cuenca Carbonífera Central Asturiana y quizá uno de los mejores ejemplos que se conocen de adaptación del relieve topográfico a la estructura geológica subyacente (el río Turón se instala aprovechando el Sinclinal de Turón, con la particular competencia de sus materiales e inclinación de su eje).

Conviene citar, como curiosidad geológica, que el yacimiento de Figaredo contiene en su núcleo los terrenos carboníferos más altos y por tanto más jóvenes de toda la cuenca del Turón y del Aller; corresponden al paquete Entrerregueras del que se tiene constancia al menos de cuatro capas explotadas hace más de un siglo en la zona de Peñule y probablemente con muy poca corrida dado que entre las últimas capas del paquete Sotón y las primeras de Entrerregueras se inserta un gran tramo estéril que obliga a suponer aquellas capas en el mero núcleo del sinclinal.

El yacimiento de Figaredo puede visualizarse como un gran triángulo isósceles cuyo vértice apunta aguas arriba del río Turón. Los dos lados largos del triángulo corresponden a las dos ramas principales de explotación (Norte y Sur) mientras que la base estaría formada por los paquetes de capas que con dirección Norte/Sur discurren paralelos a la margen derecha del río Caudal en dirección Figaredo- Mieres. Este último campo, nunca explorado por Figaredo, está separado de los dos anteriores por la gran falla de Barredo que discurre por el eje del Sinclinal de Figaredo, el cual hace que las capas de la rama Sur terminen girando en el sentido de las agujas del reloj a la altura de Sovilla. Además de la citada falla de Barredo, el yacimiento de Figaredo se ve afectado por las fallas de Cortina y Gramedo, situada la primera en la Rama Norte y la segunda en la Rama Sur. Ambas tiene características similares: salto de tipo inverso, dirección NE/SW y buzamientos hacia el oeste, si bien quizá algo más tumbada la de Cortina (48º) que la de Gramedo (60º) y, sobre todo, con una componente horizontal levógira en la primera y dextrógira en la segunda lo que provoca en esta última numerosos casos de repetición de capas por solape. De forma conjugada con esas dos fallas existen al menos otras dos, la de Santo Tomás en el campo norte y la de Cabojal en el sur, también similares entre sí, pero en este caso con saltos de tipo directo, direcciones próximas al sentido E/W y buzamientos ambas hacia el sur si bien, una vez más, de forma vertical (82º) en la falla del Sur y tumbados (42º) en la del norte. El análisis de los planos de labores con datos y criterios tectónicos más actuales, permiten deducir al menos una veintena de trastornos de menor dimensión pero que son las que afectan en mayor medida a la explotabilidad pues si las grandes fallas definen conocidos campos de explotación, las pequeñas introducen, siempre en un grado superior al deseado, las anomalías que más de una vez hemos visto en la prensa como “imprevistas e imprevisibles dificultades geológicas del yacimiento”.

El campo de Figaredo está a su vez rodeado de otras grandes estructuras geológicas que  también contribuyen a la correcta comprensión de la problemática geológica y de ahí a la del laboreo, nos referimos por el sur, al Anticlinal de Revallinas al cual se asocia la Falla de Tablado con algunas fallas satélites que llegaron a afectar a capas de Figaredo; y por el norte al gran Anticlinal de Polio, cuyo cierre occidental origina un acusado cambio de rumbo en las capas del campo norte de Figaredo.

Cinco son los paquetes y  22  las capas de carbón que de forma más o menos continua se pueden reconocer dentro del perímetro de las concesiones de Figaredo. Casi todas se nombran con números que responden al orden en que fueron cortadas en el flanco sur, desde la primera capa del paquete Sotón por el techo, capa 1, hasta la penúltima del paquete Mª Luisa por el muro, capa 30. Aun más a muro se sitúa la Benita, del paquete San Antonio, Lógicamente, en el otro flanco del sinclinal, el orden de corte fue el inverso, decreciendo los ordinales según los transversales se alejaban de la propia caña del pozo. La correlación entre las mismas capas de los principales campos del pozo, ha sufrido tradicionalmente de una cierta discordancia que puede llevar a cierta confusión en la valoración minera, no obstante, supuesta la correcta identificación y citándolas de techo a muro, las capas con historia minera son las siguientes.

En el paquete Sotón tienen o han tenido historia minera las siguientes capas: capa 1ª, apenas deshullada, con su escasa potencia; la capa 2ª, de 1,10 m de potencia con techo y muro de pizarra; la 3ª, de 1,20, con techo pizarroso y muro de arenisca; la 4ª, también de escasa potencia, por lo general inferior a 0,60; la 8ª, de 0,85 y hastiales pizarrosos; la 10ª, de 0,70, techo pizarra y muro arenisca; la 14ª, de potencia media inferior al medio metro; la 16ª, la 17ª, de 1,40, techo de pizarra y muro de arenisca (estas cinco últimas fueron también explotadas en el flanco norte, con la excepción de la 16ª que puede equivaler a la que llamaron Formidable, histórica capa “de a metro” y hastiales pizarrosos que heredó el nombre de la primera mina que tuvo don Vicente Fernández). Por último en este paquete, la capa 19ª, de 1,50 m, de caja pero apenas medio metro de carbón, que da paso al siguiente paquete por el muro, el Mª Luisa.

En el paquete Mª Luisa,  se reconocieron las corridas más largas llegando a alcanzar casi 3 km metros en el campo sur. Las capas con historia minera son las siguientes: capa 20ª, de 0,70 m de potencia y hastiales pizarrosos, al igual que casi todas las que siguen; capa 21ª, de sólo medio metro de potencia, excepto en el norte, único campo donde se explotó, junto con la anterior y las dos siguientes; capa 22ª, de 1,20 m; capa 23ª, de 0,80 m de caja pero sólo la mitad en carbón; capa 24ª, que alcanza potencias medias de 1,70 pero con cierta irregularidad según los campos. La capa 24 fue explotada sólo en el N., junto con las anteriores 20, 21y  22, capa 25ª, de 0,65 m; capa 26ª, de 1,25 y 0,90 m. respectivamente de caja y carbón; capa 27ª, entre 0,70 y 1,35 m; capa 28ª, de 0,70 m; capa 30ª de 1,20 y muro de arenisca; y capa María, de 0,80 a 2,60 m., con techo de arenisca. Su inconfundible correlación geológica la hizo quizá la capa más famosa en toda la cuenca, bajo diversas denominaciones. Como capa María fue conocida en todo el Caudal-Aller y como capa Voz en la zona del Nalón.

Por último, el terreno más profundo de la columna estratigráfica correspondió a la denominada capa Benita del paquete San Antonio, explotada con cierta intensidad en plantas altas con potencias del orden de 0,60 m. Una zona separada de los dos flancos anteriores por una clarísima frontera geológica, la Falla de Barredo, es el flanco occidental del llamado Sinclinal de Barredo o de Figaredo donde explotaron las minas de Barredo y Ortiz Sobrinos en los paquetes Caleras, Generalas, San Antonio y Mª Luisa, este último laminado en gran parte por la gran fractura citada. Ninguno de estos paquetes fue reconocido por labores mineras de Figaredo. Tan solo en tiempos recientes, tras el cierre del pozo Barredo, Minas Figaredo ha accedido a la explotación de parte de aquél yacimiento, especialmente la capa 24 del flanco tumbado y siempre sin acceder al flanco vertical, donde la capa 3ª (la famosa Voz o María de otras zonas) fue explotada con gran intensidad a lo largo de casi dos kilómetros y permanece virgen al menos por debajo de la cota -150.

DE LA RIQUELA AL GRUPO SAN JOSÉ

Si en Figaredo aún siguen erguidas sus visibles señas de identidad mineras, el recorrido de Fandos hasta el Barrio San Francisco es ahora un ejercicio de rescate de nombres importantes de nuestro carbón. Hoy La Riquela es ocio, Santo Tomás recordatorio de su drama minero, y San José confluente de una desencarbonada montaña.

MINA RIQUELA

Continuamos nuestro viaje ascensional por el Valle del Turón. A la entrada de Cabojal cogemos el desvío que sale a la derecha de la carretera y bordeamos el parque público “José Ángel Fdez. Villa”, con el fin de contemplar desde su atalaya  las instalaciones de Minas Figaredo.

Aguas arriba del pozo Figaredo, en la zona de Santa Marina de Turón, se instaló a principios de siglo la Mina La Riquela, para explotar, según acuerdo o permuta realizada con la Sociedad Fábrica de Mieres, el flanco meridional del Sinclinal del Turón, correspondiente a las capas basales del paquete Sotón, principalmente la número 2 y la 3 (nada que ver con las de igual dígito en Figaredo), y casi todas las del paquete Mª Luisa, las cuales denominaron correlativamente desde la capa Primera hasta la capa Décima, de techo a muro, según descendían en la serie estratigráfica.

Riquela explotó al menos en tres pisos, del 1º al 3º y descendió un pozo-plano muy verticalizado, que desde la cota 284.20 bajaba hasta la llamada Planta 70, de cota 207.20. Sabemos que la diferencia de cotas era de 77 m y que la longitud del plano era sólo de 78 m, con lo cual Pitágoras nos permite una inclinación de 80º. Extraño pozo-plano casi vertical, pero así son los datos.

Por debajo de Riquela se llegaron a producir al menos dos cales entre talleres del pozo San José y del pozo San Vicente, lo cual representó, al momento del cierre del pozo San José  un cierto inconveniente para el desagüe de Figaredo. Concretamente, existió un cale por el taller de la capa 2, entre la 3ª planta de San José y el 1º de Riquela (entre cotas 142 y 212), y otro cale en el taller de la capa 11 de San José de 4ª a 3ª y la capa 24 en la 5ª planta de San Vicente. Lo mismo sucedió entre labores de la 5ª planta de San Inocencio (-135) y la 5ª planta de Barredo, situada 7 m por debajo en la caña del pozo (-142) pero por  unos metros por encima a causa de la pendiente ganada por las labores. Con uno y otro, el pozo Figaredo, al haber sido el último en cerrar, hubo de bombear las aguas de sus vecinos, además de las suyas propias, de por sí importantes al haber descendido hasta la 10ª planta (cota -395).

El resto más evidente que nos queda de Riquela es la escombrera del piso 3º. En un informe del año 1973 ya se advertía de los frecuentes deslizamientos que invadían el río e incluso llegaron a interrumpir la carretera dos veces en época de grandes lluvias. Fue reconvertida en el complejo deportivo y de ocio “Ángel Fdez Villa”, inaugurado por el consejero de Industria Víctor Zapico y el alcalde de Mieres, Gustavo Losa el Domingo 17-11-91. Se invirtieron 120 millones entre fondos FEDER y aportaciones del Principado. La prensa lo anunció como la “primera escombrera que se reconvierte en zona de recreo”, refiriéndose, sin duda, exclusivamente al valle.

Antes de abandonar Riquela, vemos al fondo vemos la imponente masa caliza de la Sierra del Aramo que se levanta como una barrera por el oeste, señalando el extremo occidental del gran sinclinorio que es la Cuenca Carbonífera Central. En la ladera norte del valle del Turón se nos aparecen las escombreras particulares de Mina Escribana, que meceré un pequeño comentario.

MINA SANTO TOMÁS

El grupo Santo Tomás se abría en la orilla derecha del río Turón, a la altura de la localidad de Repipe, enfrente, por tanto, del núcleo urbano de Santa Marina. La plaza del 1er piso se hallaba a la cota 281 y a partir de ella las labores fueron ascendiendo por las ambas márgenes del arroyo de Los Valles, hasta alcanzar, cerca de Requejo, la ajena concesión Clavelina. Quizá la proximidad de Clavelina fuera la razón por la cual la SHT no abrió este grupo hasta el boom hullero de la 1ª Guerra Mundial, momento en el que abre también Podrizos y Fortuna y relanza San Benigno. No obstante, es casi seguro que había labores en Santo Tomás antes del boom bélico pues sabemos que en 1902 se cita a D. Ramón Machimbarrena como ingeniero al frente de un grupo Santo Tomás que ya contaba con 4 pisos. Más aún, sabemos que la colonización de la ladera derecha del río Turón se remonta al menos al año 1885 cuando se datan los Grupo San Víctor  y Piedrafita por las aldeas de Fuexo, La Fuente, etc.

Las labores del grupo Santo Tomás se ubicaron, grosso modo, entre las fallas de Cortina y Piedrafita, en las capas del paquete Sotón del flanco norte del Sinclinal de Turón y en las del paquete Mª Luisa de las inmediaciones del Anticlinal de Polio.

Sus galerías fueron tortuosas, por estar su yacimiento afectado por fallas importantes. No obstante, también es probable que la existencia de pliegues satélites del gran Anticlinal de Polio y los bajos buzamientos (hasta de 20 a 30º) en las capas más al muro (paquete Mª Luisa), generaran el típico avance festoneado a causa de un escaso control topográfico (sería algo así como las galerías caóticas que un roedor genera en un suelo horizontal). No obstante, los buzamientos aumentan fuertemente hacia el sur, teniendo las capas del paquete Sotón hasta 65º.

Fueron numerosos los niveles explotados en Santo Tomás pero siempre con escasa documentación. Se explotaron al menos cuatro  pisos, correspondiendo la prolongación hacia cotas superiores a la mina Clavelina.

Según datos de plano de labores, el piso 1º (cota  281 m) accedió mediante transversal de 1070 m (rectilíneo hasta el m 600, zona de la capa 20, y más irregular hasta el final del mismo, situado en la capa 12). En general fue perforado en dirección NE con lo cual cortaba las capas algo sesgadas, quizá por error o quizá por ganar más corrida en las capas de mayor bonanza. Hacia la derecha (este), se guiaron capas hasta 1.500 m, intercalando algunas labores con las del vecino Grupo San Víctor. Hacia la izquierda (oeste) se guiaron hasta una distancia algo superior a los mil metros pero con muchos más repliegues y fallas que en el campo opuesto.

Se explotaron al menos cuatro  piso abriendo el 4º y último a la cota 398. Restan visibles tres escombreras y sobre todo la bocamina del 1er piso (cota 281 m), que fue testigo de la trágica salida de los 11 mineros que se llevó la explosión de grisú del lunes 14 de agosto de 1967. A finales de los años 1990 Hunosa embalsó y canalizó el abundante caudal de la bocamina con el fin de estudiar la hidrología de la zona.

A unos 82 m por encima del 4º piso circulaba el ferrocarril del piso 1º de Clavelina (cota 480). Su larga trinchera nacía en el 1º de Ortiz Sobrinos (abierto en la margen derecha del río Caudal, sobre la vieja carretera de Castilla, entre los pueblos de Figaredo y Santullano) cruzaba por el túnel  abierto entre el Palacio y la iglesia de Figaredo y discurría hacia Los Valles y La Berruga, entre labores del grupo Santo Tomás; hasta alcanzar su propia concesión en la cabecera del grupo Piedrafita.

GRUPO Y POZO  SAN JOSÉ

San José es un lugar que se alza en la orilla izquierda del río Turón, hacia la cota 450 y entre los arroyos Mayadón y Cutiellos. Allí se ubicó la plaza del 3er piso San José, cuya trinchera ferroviaria recorría la citada cota 450  desde un arroyo hasta otro, articulando toda una ingeniería de edificios, bocaminas, planos inclinados del grupo San José (arroyo Mayadón) y del grupo San Francisco (arroyo Cutiellos). Hasta un cable aéreo descendía desde dicha trinchera para descargar sus cangilones a unos cien metros de lo que años después sería el pozo San José. Durante décadas, Los Barracones, La Veguina, el barrio de San Francisco y el Ateneo Obrero fueron testigos de una inusitada sinfonía industrial de locomotoras, vagones, sirenas y cangilones que llenaban de vida (y con frecuencia de muerte) la gran ladera que asciende más de 600 m hasta el cordal que pone límite con el vecino valle del Aller.

El Grupo San José fue el tercero de los puestos en explotación por la SHT después de los grupos San Pedro y San Víctor- Piedrafita que explotaron la ladera opuesta. Inició su producción a comienzos del año 1898 y fue paralizado a finales de 1969. Contó con 8 pisos y algunos subpisos que colonizaron toda la ladera, creando en el interior de la montaña un dédalo de galerías y talleres difíciles de imaginar. En total sólo en este grupo, se contabilizaron hasta 58 bocaminas. A este y oeste limitaba  además con otros grupos.  Al oeste del grupo San José abría sus labores el grupo El Cerval, de la empresa vecina Sociedad Hullera Española. Por el Este, la loma de Cutiellos (cota 860) separaba las labores del grupo Tablado. En estas últimas se abrieron al menos 13 bocaminas además de un pozo balanza vertical, profundizado desde la cota 690 y denominado popularmente “La Balanza”, ingenioso diseño para que Doña Gravedad bajara gratis toda la producción, aupando en el balanceo la madera, la dinamita y todos los demás materiales necesarios para el laboreo. Otras secciones de las que apenas queda un leve registro en la memoria fueron las llamadas: Escobal, Candonal, Ventilador, Churrera y Las Campiñas, todas ellas citadas al menos en el informe que hace ENADIMSA en noviembre de 1972 sobre la Hullera de del Turón.

En 1949 la SHT, previendo el agotamiento de las reservas de montaña, comenzó la profundización del pozo San José, que popularmente llamarían “Pozo Nuevo”, para no repetir el error que a principios de siglo se había tenido con el pozo Santa Bárbara. El pozo nuevo se planificó en la margen izquierda del río Turón, a sólo un centenar de metros del Sinclinal de Turón y en la zona donde la influencia del anticlinal de Tablado hacía que el pliegue abandonara su traza por el fondo del valle para pasar a instalarse por la ladera meridional. Es decir, sería perforado en el lugar más estratégico tanto desde el punto de vista geológico como desde el abastecimiento logístico. Comenzó su producción de crucero siete años después (en 1956) y al año siguiente,  el 25 de septiembre de 1957, sería inaugurado oficialmente, con asistencia del ministro de Industria, el catalán Sr. Planell, acompañado por el ministro de Gobernación y el director general de minas.

Los distintos campos de explotación del pozo corresponden a los dos flancos de los Sinclinales de Turón y Moreda, con el anticlinal que los separa, llamado de Revallinas o de Tablado. En los transversales del norte se reconocieron 22 capas y 10 carboneros pero sólo se explotaron 12 capas, cinco pertenecientes al paquete Sotón y 7 al  Mª Luisa. Los transversales del sur, prolongación de los anteriores hasta llegar al Anticlinal de Revallinas, reconocieron una serie subvertical constituida por los 2/3 inferiores del paquete Sotón, la totalidad del Mª Luisa, San Antonio y Generalas. El flanco sur del Anticlinal de Revallinas, que corresponde al flanco occidental del Sinclinal de Moreda en su parte más septentrional, se conoce en Turón como Sinclinal de Tablado; en él se reconocen las capas Generalas y San Antonio con un buzamiento medio de 30º En el flanco N del Anticlinal de Revallinas, han merecido denominación 24 pasos de carbón de los que se han explotado 14, dos del paquete Sotón, dos del San Antonio y el resto del Mª Luisa. En el flanco tumbado del Sinclinal de Moreda sólo se ha explotado una capa del paquete San Antonio. Las principales fallas que han afectado al yacimiento son las de Podrizos (instalada por el eje del Sinclinal de Turón), Tablado- Canto Carbonero (por el eje del Anticlinal de Revallinas), Repedroso y Piedrafita.

Las capas con historia principal en el pozo San José fueron: en el flanco norte del Sinclinal de Turón las capas 2, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 13, 14, 15 y 17. En el flanco sur del Sinclinal de Turón (cuyas explotaciones por el oeste alcanzaron el límite de concesiones con Minas de Figaredo SA), se explotaron las capas 39 y 40 del paquete San Antonio; del paquete Mª Luisa se explotaron las capas 1, 2, 4, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14 y Cº 14.

Como antes dijimos el pozo San José  y el pozo San Vicente, llegaron  a producir al menos dos cales entre talleres situado por debajo del pozo-plano de la mina Riquela. Esto representaría un cierto inconveniente para los últimos desagües mineros que le corresponderían a Figaredo. Concretamente, existió un cale por el taller de la capa 2, entre la 3ª planta de San José y el 1º de Riquela (entre cotas 142 y 212), y otro cale en el taller de la capa 11 de San José de 4ª a 3ª y la capa 24 en la 5ª planta de San Vicente.

Toda la vuelta de vacío exterior del pozo San José, la sala de embarques y las cintas de reenvío de estériles fueron cubiertas con una audaz estructura de hormigón, pero, tal como decíamos en las Rutas de los Castilletes “su conservación actual dice muy poco de lo mucho que en su día representó. Sería interesante convocar un concurso de ideas para la adecuación de todo este patrimonio”.

A espaldas del pozo y hasta el cierre del mismo a finales de 1992, fue creciendo otra imponente montaña de estériles extraídos al subsuelo. Del enorme impacto visual que atestiguan las fotos antiguas, se ha pasado a un tratamiento espectacular en el que se han suavizado los taludes, desaparecido las bermas y revegetado el suelo, de manera que hoy día, la gran mancha gris de la escombrera de San José  es ya sólo un recuerdo fotográfico.

DE SANTA BÁRBARA A FORTUNA

Con esta última parte, Pedro Fandos nos lleva desde el llamado buque insignia, el pozo Santa Bárbara de La Rebaldana, hasta la parte alta de la explotación minera. Dejamos, bordeando el río, la recuperada bocamina de la Coca, el grupo Espinos con su emblemático castillete y el peculiar pozo-plano de Fortuna. ¡Historia!

POZO SANTA BÁRBARA

La Sociedad Hulleras del Turón (SHT) profundizó el pozo que sería su buque insignia, en la margen derecha  del río Turón, a la altura del lugar llamado La Rabaldana (o Rebaldana), nombre de una sección del grupo San Pedro que se venía explotando desde al menos el año 1884. Con la profundización del pozo, la SHT pensaba evitar la atomización de su yacimiento y de hecho su  régimen de crucero permitió el cierre de varios grupos de montaña, absorbiendo el pozo  todas las plantillas.

Fue el primer pozo asturiano en recibir el patronímico de Santa Bárbara, patrona de la minería. Andando el tiempo, otros dos pozos recibirán el mismo nombre: el Santa Bárbara que la Sociedad Duro Felguera profundizó en la parroquia de igual nombre, en San Martín del Rey Aurelio; y el Santa Bárbara que la Sociedad Industrial Asturiana profundizó en Moreda (Aller). Sobre el origen del pozo Santa Bárbara se han publicado una diversidad de fechas que oscilan entre los años 1913 y 1926. Tal parece que su inicio se remonta al año 1913 pero que la SHT lo puso en explotación como buque insignia de la compañía el 26 de agosto de 1926, “baste decir – dice Lito- que tres años después, este pozo alcanzaría la nada despreciable cantidad de 1.000 Tm diarias”.

En el verano de 1939, consecuente con las normativas de seguridad que exigían al menos una segunda salida en cada pozo, comenzó a profundizarse el pozo auxiliar, a la misma cota que el pozo principal (cota brocal 334) pero con diámetro algo menor (4 m., frente a los 5.50 m del pozo nº 1). El nº 2 llegaría a los 434,5 m de profundidad, frente a los 544 que alcanzaría el pozo principal. Desde entonces ambos castilletes permanecen, y han de permanecer, como símbolos inconfundibles de la historia industrial del valle. En total, en el pozo Santa Bárbara se alcanzaron los 543 m en caña del pozo hasta la 11ª planta, sin embargo, algunas capas fueron explotadas en zonas que, contando desde el afloramiento, estaban a casi 1 km de profundidad. En la componente horizontal las distancias desde el pozo llegaron a superar los 3 km.

Geológicamente, el pozo Santa Bárbara no supuso una elección muy afortunada, pues aún no se había interpretado el Sinclinal de Turón y fue perforado a unos 500 m al norte del eje del pliegue, razón por la cual la caña sólo cortó capas de la rama norte del paquete Mª Luisa y la capa principal (capa 1, equivalente a la María o Voz en otros yacimientos de la cuenca) se les quedaba sin corrida hacia 7ª planta (cota 15). Esta situación se trató de paliar décadas después con la profundización del pozo San José del cual antes dijimos que fue perforado en el propio centro del sinclinal y equidistante con los principales cuarteles productivos.

La infraestructura del pozo Santa Bárbara se basó en transversales que hacia el norte reconocieron la parte basal del paquete Mª Luisa (con buzamientos medios de 50º, disminuyendo  hacia muro según se aproximaban al Anticlinal de Polio) y hacia el sur la parte más densa del yacimiento, cortando el resto del paquete Mª Luisa y la casi totalidad del paquete Sotón (320 m basales, con buzamientos igualmente del orden de 50º).  Hacia el este, los transversales más orientales llegaron hasta el paquete Generalas que en cotas altas explotaban los grupos Fortuna, Artoso (o Artuso) y San Justo.

En este flanco norte han recibido denominación 32 pasos de carbón en el llamado “paquete San Víctor”, de ellas 17 corresponden al paquete Sotón si bien 7 de ellas se consideraban erróneamente pertenecientes a los paquetes Entrerregueras y Sorriego, cosa imposible para este yacimiento. Con cierta intensidad se explotaron 11 capas en el paquete Mª Luisa (capas 1, 2, 3, 4, 5, 6, Cº 6, 7, 8, 9 y 10), 5 en Sotón (11, 14, 15, 16 bis y 16)  y una capa en Generalas (capa 41 o 1ª Generala). La serie estratigráfica es bastante tranquila pero no estuvo libre de fallas como la de Podrizos, que grosso modo recorre el eje del sinclinal, y la de Repedroso, quizá la que más labores afectó en el flanco norte.

Por el este las explotaciones alcanzaron el cierre periclinal del pliegue en la citada falla de Podrizos, mientras que por el oeste algunas labores llegaron a sobrepasar los transversales generales del vecino pozo San José. En el  flanco sur del Sinclinal de Turón (popularmente denominado paquete San Pedro) la serie se verticaliza hasta colocarse incluso en posición invertida, respondiendo a los conocidos empujes tectónicos que vinieron del este. En esta zona se llegó igualmente hasta las Generalas, estando todos los paquetes afectados por las fallas de Villandio y Canto Carbonero. En total recibieron denominación 24 capas diferentes de las que se explotaron 13, de techo a muro son las siguientes: seis en el paquete Sotón (capas 20, 19, 18, cro 18, 10 y 17), otras seis en Mª Luisa (capas 28, 27, 25, 24, Cº 23, 23; explotadas en general con mayor intensidad que las anteriores) y, finalmente, una capa en el paquete Generalas, la denominada capa 41, equivalente a la 1ª Generala de otros yacimientos y siempre de triste registro mortal a causa de su actividad gaseodinámica.

BOCAMINA DEL 1º RABALDANA o LA COCA

En presencia de esta bocamina, recuperada por el afortunado voluntarismo de un grupo de prejubilados  que desde la pala hasta la pluma ejercen como Brigada de la Memoria, debemos recordar que a lo largo y alto de los grupos mineros del valle del río Turón se pueden documentar al menos 480 bocaminas de la SHT. Como hemos dicho tan solo el grupo San Pedro contó al menos con 51 bocaminas repartidas a lo largo de 11 pisos. El grupo San José tuvo incluso una mayor concentración: 59 bocaminas en 9 pisos, además de un pozo vertical en el fondo del valle y un pozo balanza en la cabecera de Tablado. A las anteriores bocas hay que sumar las que hayan tenido otros grupos (Figaredo, Escribana, Clavelina, Riquela, etc) con las que fácilmente pasarían de medio millar las bocas perforadas en este pequeño valle del río Turón.

A ese impresionante “azaricu”, manifestación externa de una mucho más impresionante “topinera”, hemos de añadir, por supuesto, la presencia de 7 pozos verticales: dos en Figaredo, otros dos en Rabaldana, uno en San José, otro en Espinos y un último y olvidado pozo, El Tablado o Tablao, que actuó como balanza desde la falda del Picu Cutiellos (cota 690) y que se denominó popularmente “La Balanza”. Tampoco debemos olvidar el abortado pozo Rincón y los pozos-planos Corrales (de cota 362 descendía desde el interior del piso 1º hasta la cota 320) y Fortuna, que desde la cota 361 descendió hasta la 191 para unirse con la 3ª planta del pozo Santa Bárbara. Aún deberíamos añadir al menos un pozo más, el plano Fortuna y, por supuesto una ingente infraestructura de superficie con numerosos planos inclinados sobre las ladera, miles de metros de trincheras y ferrocarriles y cientos de kilómetros de caminos pedestres y rodados para acceso de las legiones de esforzados mineros que durante más de un siglo dieron riqueza al valle del río Turón.

De ahí que hagamos aquí, frente a esta bocamina de la Coca, felizmente recuperada, un obligado recuerdo a lo que la minería representó en el valle del Turón, a caballo entre tres siglos, y a lo largo de 2.000 km (2 millones de metros) de galerías, planos, pozos y trincheras.

GRUPO Y POZO ESPINOS

Apenas a 500 metros aguas arriba del pozo Santa Bárbara, llegamos a la localidad de San Andrés donde en el lugar de Preximir se explotó el grupo Espinos a un lado y otro del arroyo de La Faya, a partir del año 1906 (1907 según otros), desde el piso 1º (cota 352) hasta al menos un 8º piso abierto a cota 590 al este del citado arroyo La Faya y hasta enlazar con el grupo Podrizos.

El Grupo Espinos desarrolló todos sus deshulles en el paquete Mª Luisa. La síntesis de sus explotaciones es la siguiente:

  • En la sección al oeste del arroyo La Faya y hasta la unión con el grupo San Víctor se deshullaron las capas 3, 4, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y 14, con desigual intensidad, sobre todo las dos primeras, apenas reconocidas en el piso 1º, señal quizá de su mala calidad.
  • Sección “La Faya”, al este del arroyo de igual nombre, se explotaron desde el piso 1º (352) hasta el 8º La Faya (590): Capas Capas 4 y 6 (sólo hasta el 4º piso, de cota 427), Capa 7 (hasta el 6º, de cota 500), capas 8, Cº8, 9,10, 11 y 12, hasta el 8º La Faya antes mencionado (cota 590); y finalmente las capas 13 y 14, esta última, equivalente a la famosa “Voz”, deshullada al menos hasta el 5ºEspinos, de cota 464.

Hacia el año 1931 o 1932 se inició la preparación del pozo Espinos. El brocal se abrió a la cota del 1er piso (352) y siendo profundizado hasta la 1ª planta, de cota 330, lo cual significa sólo 22 m de caña en vertical. En el año 1932 y 1933 se registra una cierta actividad en los talleres de La Cuadriella para la construcción de piezas con destino a “Los Espinos”. Las obras del pozo Espinos parece ser que se paralizaron a partir de la convulsiones de 1934 y no se registran señales de actividad hasta el año 1941 en que funciona como un pozo-balanza, bajando el carbón del Grupo Espinos a través de la 1ª y única planta (cota 330 o 334) hasta la plaza del pozo Santa Bárbara (cota 334).

Entre la escasa documentación que nos permite alguna acotación cronológica hemos podido localizar la siguiente, sita toda ella en el Archivo “Pozu Fondón”:

– “Libro de Registro de Coordenadas de los Grupos Espinos y Santo Tomás”, fechado a partir de enero de 1931.

– “Collar del engrasador del tractor de Los Espinos” (sept 1932)

– “Turbina para afilar barrenas en Los Espinos” (oct 1932)

– “Piezas del tractor de Los Espinos” (dic 1932)

– “Bulones unión biela al angular de las chapas del combeyo Los Espinos” (1933).

A partir de las Rutas de los Castilletes iniciadas en 1998 por el equipo documental del GRUCOMI, quedó clara la importancia de definir la estructura del pozo Espinos como “torre de extracción” y no como “castillete”, aún cuando esta definición sea la más popular y representativa del patrimonio minero. Como castillete sería uno más de los construidos en Asturias (bien es verdad que de estilo altamente singular), sin embargo, como torre de extracción (sin tornapuntas y con la máquina en la misma vertical del pozo) sería la más antigua de toda España. Además, es la singular caseta protectora de la máquina la que le confiere su especial personalidad.

GRUPO FORTUNA

El Grupo Fortuna toma su nombre de la concesión de igual nombre. Inició su producción en el mismo año que Podrizos (1917), pero tuvo una duración mucho mayor pues mientras Podrizos finalizó en 1941, Fortuna, haciendo honor a su nombre, prolongaría su actividad hasta la integración de la SHT en Hunosa, en el año1968.

En diciembre de 1932 la SHT comienza a dar los primeros pasos para la perforación de un pozo-plano que en el año 1934 (1938 según otros) será ya una realidad. A este respecto, los pedidos de obra a los talleres de La Cuadriella pueden darnos una idea de la evolución del gran proyecto. Entre otros encargos, hemos localizado los siguientes:

– “Despiece de cajas de desagüe de Fortuna” (1932)

– “Caldera … cajón de fuelles … 2 juegos de bronce … tambores bobinas …muelles …    para la locomotora nº 12. Fortuna” (Diciembre 1932).

– “Grapas para tendido eléctrico de mina Fortuna” (1933)

En el año 1934, se abre el pozo-plano Fortuna, según consta en el cartel turístico ubicado en su entrada. Cerca de él se localiza la boca del polvorín, instalado en una galería minera con cámaras de almacén y recámaras o culatas de expansión, que merecerían su apertura al público.  En la piedra de clave consta grabada la fecha 1966.

Este grupo se sitúa en La Vegona, entre Puente Villandio y La Granja. Fue abriendo sus labores a lo largo del reguero El Caburno que se abre a la derecha del río Turón, siendo el prolongación natural del ya citado grupo Podrizos, explotando el mismo cierre periclinal del Sinclinal de Turón pero no en el paquete Mª Luisa sino en las Generalas (capas 41, 42 y 43). Constituye pues la explotación más oriental de los grupos enclavados en el Sinclinal de Turón. En sentido opuesto, es decir, al sur del río Turón, explotó la prolongación del mismo paquete Generalas, que primeramente lleva rumbo N-S, para luego arquearse hacia Villandio, con buzamientos entre 54º y 70º.

En función de dicha estructura geológica, las explotaciones de montaña del Grupo Fortuna se estructuraron dos secciones: la situada a la derecha del río, denominada Artoso, y la ubicada en la margen contraria, denominada Villandio.

En la margen derecha, el malogrado facultativo don Antonio Aza de Santullano explotó el grupo Artoso. Tras la muerte de éste durante la guerra civil, se reabrió la mina, estando en producción desde mediados de los años 1940 hasta la incorporación del yacimiento a Hunosa. La única bocamina que resta visible es la del piso 1º, desde hace tiempo ocupada como almacén de labranza y caseta de perro. En la piedra de clave puede leerse, aunque muy erosionado, “Mina Fortuna, Artoso” y una fecha que se presume “1944”, además de un símbolo con dos mazas cruzadas. Las cotas de los pisos fueron: 1º (384), 2º (c 450), 3º (c 510), 4º (578), ¿5º?, y 6º o 7º (663). Por la ladera de estos pisos funcionó en “vaivén” el plano inclinado más largo que se conoce en toda nuestra minería.  A cotas superiores la explotación de las capas (básicamente la 41) fue realizada por la sección o  Grupo San Justo, desde el 1º (784) hasta el 5º (975). Parece ser que quedaron sin deshullar  los pocos metros que faltaban hasta el afloramiento en la zona del  Pico Cogollo (cota 1.016) y Hunosa, en los años 1980, trató de extraer las Generalas pero con poco éxito.

Una vez más, son los planos para las construcciones que se realizaban en La Cuadriella los que nos permiten un cierto marco histórico. Entre otros, podemos citar los siguientes documentos:

– “Instalación de un vaivén en 9º piso de Fortuna. San Justo. Castillete de amarre inferior” (25 de Abril de 1945)

– “Proyecto para prolongar el plano del piso 1º al 3º. Grupo Fortuna” (7 de febrero de 1950)

Toda esta gran montaña de trincheras, planos inclinados y bocaminas dieron la idea al ingeniero de Hunosa José Luis Soto para el magnífico proyecto que tituló “Pirámide de la Minería” y que desde el año 2012 ha expuesto en diversas conferencias.

En la sección de Villandio (izquierda del río Turón) las explotaciones se realizaron al oeste de la falla de Villandio, que viene a ser el eje del sinclinal de Turón, según la bifurcación que anteriormente hemos explicado. Se deshulló principalmente la capa 41, desde el piso 1º (381) hasta el 5º (571). La prolongación del paquete hacia el suroeste fue explotada por los pisos altos de la sección o Grupo Corrales, abiertos en la cabecera del arroyo de igual nombre (recordemos que en la parte baja del arroyo las explotaciones correspondían al paquete Mª Luisa). La capa más explotada en esta sección, en realidad casi la única, fue una vez más la 41, deshullada del 6º (520) al 11º (703).

En esta misma rama de Villandio, y al pie de la carretera que sube a Urbiés, se  perforó en el año 1938 un pozo-plano que desde la cota del piso 1º (cota 381) bajaba  a las plantas 1ª (365),  2ª (320) y 3ª (273), por tanto con alturas de 45 y 47 m, teniendo los talleres de 10 a 15 m más de longitud en función del buzamiento.

En su única reprofundización se abrió una planta nueva a 18 m por debajo de la 3ª planta antigua. Se llamó 2ª planta nueva  (255), y a 64 m de ella la 3ª planta nueva, abierta a la 191 para que coincidiera con la 3ª planta del Pozo Santa Bárbara (cota 189), dejando 2 m de diferencia para conseguir una mínima pendiente del 1 por mil, el mínimo necesario para el desagüe por gravedad sin penalizar al transporte. A unos 15 m por debajo de la 3ª planta nueva aún se abrió un nivel inferior que serviría de cabeza para futuras reprofundizaciones que nunca llegaron.

Las explotaciones del sur se vieron afectadas por la falla de Villandio y las del norte por las de Espinos y Los Osorios. Las capas explotadas fueron las 3 Generalas, aquí llamadas Capa 1 (la mejor y más regular, con potencia media que alcanzó 1,37 m al Norte del pozo), capa 2 (delgada, con 0.55 m de potencia) y capa 3, deshullada del 1º al 6º o quizá el 7º. En sus proximidades y a cota similar (381), se profundizó el pozo Rincón, que se abortó cuando sólo contaba con 30 m de caña en vertical.