AGUSTÍN DOMÍNGUEZ GARCÍA ‘TINSO’


PINTOR, DIBUJANTE Y ROTULISTA

NACIMIENTO: 1930, Miño (La Coruña)


 

Aguntín Domínguez García nació es Miño, concejo de La coruña, en 1930, en el seno de una familia numerosa y humilde.

Desde niño ha padecido problemas auditivos, debido a los cuales experimentó dificultades de aprendizaje durante su etapa escolar. Este hecho le afectó anímicamente y le llevó a encerrarse en si mismo. Es en esta época cuando comienza a pintar y a dibujar como una vía de escape a sus problemas y una forma de expresión.

A los catorce años deja la escuela y comienza a trabajar con su padre, aprendiendo así el oficio de carpintero. Trabaja también como mozo de almacén y dependiente de comercio, pero en sus ratos libres continua pintando y, cuando puede, va al mercado de la villa a vender dibujos que realiza con lápiz y tinta.

A los dieciocho años, debido a las dificultades que atraviesa su familia, realiza el servicio militar de forma voluntaria, lo que le garantiza comida y cama. A su vuelta de la mili consigue trabajo en el occidente asturiano en la construcción de una presa hidráulica, pero esta labor no le satisface y en 1951 se traslada a Mieres y comienza a trabajar en Mina Baltasara, donde pasa por las categorías de ayudante de barrenista y caminero.

Durante estos años nunca abandona su afición por el dibujo y tras ser despedido de la mina en 1962, intenta vivir de dibujos vendiendo caricaturas en bares y fiestas populares. En este momento se traslada a un pequeño local en el barrio de Oñón que le sirve de casa y estudio.

En 1965 José María Penalles, responsable de Publicidad Cisne, le contrata para realizar anuncios y trabajos de rotulación para particulares, empresas y comercios, actividad que desarrolla durante años y que le llevara incluso fuera de la región.

En 1975 su vida laboral da un nuevo giro gracias al encargo del párroco de Colombres para restaurar pinturas, tallas e imágenes religiosas. Durante dos años realiza restauraciones en las iglesias de Colombres, Bustio, La Manjoya, Trubia, Lugo de Llanera, Morcín y Lavares.

En 1976 comienza el que será su trabajo más conocido y que se prolongará en el tiempo durante tres décadas, la restauración de las pinturas de la iglesia de San Juan El Real de Oviedo. Tras completar la obra de restauración, continuó trabajando en el templo de Oviedo, realizando trabajos de mantenimiento.

 

BIBLIOGRAFÍA:
GARCÍA PARDO, Luis Antonio: Personajes con historia de Mieres, Ed. Universos, Mieres, 2010, pp. 97-100.