JERÓNIMO IBRÁN: 140 AÑOS DEL DESPEGUE INDUSTRIAL DE MIERES


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Este año se cumplen 140 años de la llegada a Mieres del que sería el impulsor definitivo de la industrialización en este concejo: el ingeniero Jerónimo Ibrán. Hoy queremos recordarlo de la mano de Ramón Mañana Vázquez y su obra “Jerónimo Ibrán y Mulá (1842-1910). Un modelo de Ingeniero de Minas promotor de la primera revolución industrial en España” (2006).

Portada del libro de Ramón Mañana Vázquez

Portada del libro de Ramón Mañana Vázquez

Duro-Felguera, Azucarera de Lieres, Fábrica de Cervezas El Águila, Fábrica de Cemento de Tudela Veguín, Ferrocarril de Langreo, Sociedad Industrial Santa Bárbara, Minas de cobre del Aramo… todas estas empresas emblemáticas del despegue industrial de Asturias contaron con la presencia de nuestro protagonista, ya fuese como consejero, administrador o accionista. Pero sin duda alguna, su mayor labor se desarrolló en Mieres, en la dirección de La Fábrica y desde la Escuela de Capataces que, junto con Luis Adaro, ayudase a consolidar.

Jerónimo Ibrán llegaba a Mieres en 1873 para hacerse cargo de la Societé Houllière et Metallurgique des Asturies, la sociedad fundada por Numa Guilhou ocho años atrás y que ambos convertirían en Fábrica de Mieres en 1879. Contaba por aquel entonces con 31 años y hacía nueve que había llegado a Oviedo como ingeniero del Distrito Minero de Oviedo. Natural de Mataró, había estudiado en la Escuela de Minas de Madrid, debutando como ingeniero en Almadén en 1863. A su llegada a Mieres, Ibrán asistiría a la puesta en marcha del ansiado ferrocarril Oviedo-Mieres, que daría salida a los productos de la empresa mierense, contribuyendo con la construcción del Puente del Macho para conectar la fábrica con el ferrocarril e instalando la vía minera que daría servicio a Nicolasa. Durante los veinticuatro años que permaneció en la dirección de La Fábrica, llevaría a cabo una planificada reorganización de sus minas y talleres, incorporando la construcción metálica y dando el paso definitivo hacia la fundición de acero. Por causas no muy claras, en 1897 Jerónimo Ibrán presenta su dimisión como director de Fábrica de Mieres, aduciendo como motivo principal la enfermedad de su esposa, abandonando el consejo de dirección definitivamente un año después.

Su marcha de La Fábrica no supuso, sin embargo, su ruptura con Mieres, pues seguiría vinculado a la Escuela de Capataces hasta su retiro en 1905. Ya vimos en otra noticia dedicada a Guillermo Schulz, cómo habría sido éste el responsable de su puesta en marcha en 1854. Pues bien, a la llegada de Jerónimo Ibrán, ésta aún no contaba con local propio, impartiéndose las clases, según nos cuenta Luis Adaro, en una “buhardilla” de Oviedo, tras el segundo traslado de la institución desde Sama de Langreo. Ramón Mañana señala que posiblemente el mismo Ibrán se encargase del proyecto del edificio de la escuela en 1883 (actual Casa de la Cultura Teodoro Cuesta), devolviéndola a su lugar original y contribuyendo, asimismo, a su dotación material y a la ampliación de su programa. Desde el puesto de subdirector y a través de la docencia, formaría a un nutrido grupo de discípulos, como sería el caso, por ejemplo, de los hermanos Felgueroso.

Jerónimo Ibrán fallecía el día 21 de marzo de 1910 en Oviedo, a los 68 años de edad, reposando sus restos en el cementerio de San Salvador. Poco después, sus alumnos, compañeros y amigos ponían en marcha la colecta para la erección de un monumento que honrase al responsable del despegue industrial de Mieres, obra a la que dedicaremos la noticia de la próxima semana.

12 de octubre de 2013